Contesta.

La tormenta sigue y se ha ido la luz. El ruido ensordecedor de los truenos deja percibir a intervalos el silencio de la calle. Lolo, su perro, se ha metido debajo de sus piernas y no para de temblar. Intenta tranquilizarlo en vano acariciando su lomo mientras piensa en lo que le dijo antes deSigue leyendo «Contesta.»